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Seis factores que afectan al sueño de los niños | Sueño Blanco

6 factores que afectan al sueño de los niñxs

¿Qué has intentado hacer para mejorar el sueño de tu hijo/a y no has dado en la clave?

Cada noche se convierte en una pesadilla porque no podéis dormir y os sentís impotentes por no saber qué hacer para poder mejorarlo.
Alrededor del sueño infantil hay numerosos factores que afectan y que además dependen de cada niño/a y de cada familia.

Hay 6 factores que son generales y que afectan de la misma manera a todos:

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  1. Los horarios: hay que tener muy presente que los horarios, tanto de ir a dormir por la noche, como de siesta, son claves para favorecer un sueño reparador y mejorar los problemas de sueño.
    El horario recomendado para niños de 0 a 5 años es ir a dormir entre las 6pm y las 8pm (no te escandalices porque tiene un motivo). A estas horas el cuerpo empieza a prepararse hormonalmente para el descanso, da igual que sea invierno o verano. Lo que se produce es que comienza a disminuir el nivel de cortisol (hormona que está presente cuando estamos activos, es la hormona del estrés) y aumenta el nivel de melatonina (hormona asociada al sueño y al descanso). También influye el nivel de luz, por eso en España seguir este horario en invierno es fácil, sin embargo en verano se nos hace más complicado porque el día se hace muy largo. Por eso no te guíes solo por el nivel de luz, sino también por lo que está ocurriendo hormonalmente en tu hijx de manera natural.
  2. La sobreestimulación: cuando un niño ha tenido mucha actividad durante el día fuera de su rutina habitual, afecta directamente en el sueño, provocando más despertares nocturnos o problemas a la hora de conciliar el sueño. El cerebro de los bebés y los niños pequeños no está preparado aún para gestionar demasiados estímulos externos, por eso tenemos que ayudarle a hacerlo, observando la estimulación a la que se enfrentan durante el día y pensando si es la adecuada. Por ejemplo, evitar que en su día a día tenga muchas actividades diferentes a todas horas, o durante los fines de semana sepamos dosificar las actividades y cuánto tiempo duran. La sobreestimulación que les provoca tantas actividades se verá reflejada en irritabilidad y problemas para conciliar el sueño.
  3. Las siestas: pensamos que si le quitamos alguna siesta durante el día vamos a conseguir que lleguen más cansados a la noche y duerman mejor, ¡esto es un gran mito (Visita nuestro artículo)!. Pero tengo que decirte que es justo lo contrario. Basándonos en la clave 2, si no duermen las horas que necesitan durante el día, van a llegar sobreestimulados y cansados a la noche y eso provocará que no puedan conciliar su sueño fácilmente y se despierten más a lo largo de la noche.
    Además, aquí la hormona del estrés (el cortisol) jugará en nuestra contra, haciendo que estén más activos aún porque no están descansados (esto ocurre cuando decimos que están pasados de rosca).
    Es importante que conozcas los requerimientos (enlace a artículo de requerimientos) de horas de sueño según la edad para ir adaptándolo a cada momento de su desarrollo. El descanso durante el día es imprescindible para poder tener una buena noche y evitar acumular una gran deuda de sueño.
  4. La temperatura: en siestas y a la hora de dormir por la noche, tanto de la habitación como de la ropa que lleve puesta o le pongamos en la cuna/cama. Ya sea invierno o verano, la temperatura que tenemos que mantener en la habitación debe ser entre 20- 22 grados (una temperatura más bien fría). El cuerpo necesita bajar la temperatura cuando comienza a conciliar el sueño, es decir, al principio de la noche o de la siesta. Esta bajada de temperatura va a favorecer entrar en un sueño más profundo y reparador. Además, al hacer que llegue a un sueño más profundo estamos facilitando que se libere la hormona del crecimiento.
    Por tanto, es necesario que cuides la temperatura si quieres que concilie el sueño más rápidamente y que disminuya sus despertares nocturnos.
  5. Asociaciones de sueño: todo aquello que tu hijo/a necesita si o si para quedarse dormido, ya sea biberón/pecho, brazos, dar la mano, mecer, etc. Cada niño tiene su asociación de sueño particular, y cada una tendrá una repercusión diferente. Las asociaciones de sueño en un principio nos ayudan porque hacen que se quede dormido rápido y fácilmente. Sin embargo no siempre es así y terminan por necesitar de esa asociación en cada microdespertar de la noche.
    Por eso, dependiendo de la asociación de sueño que tenga, puede que esté ayudándole o puede que esté entorpeciendo un descanso reparador a lo largo de la noche y un sueño autónomo.
  6. Cómo se queda dormido/a: en muchas familias cuando llega la hora de ir a dormir, mamá o papá duerme en brazos al niño/a y cuando está dormido le deja en la cuna, es muy habitual que se dé esta situación.
    Seguramente te hayas fijado que tu hijo/a necesita quedarse dormido/a de la misma forma por la noche y en cada despertar. Por eso para mejorar el sueño y reducir los despertares nocturnos debemos intentar que se quede dormido/a en su cuna en lugar de en brazos. De esta forma irá aprendiendo estrategias para relajarse solo/a y terminar por quedarse dormido/a, con el objetivo de que en los despertares nocturnos repita esto mismo.
¿Conforme ibas leyendo has caído en la cuenta de algo que puedas mejorar?

Compruébalo para ir modificando lo que necesites, y empieza a aplicar las recomendaciones para ver si mejora algún aspecto del sueño.
Comenzar a hacer cambios es complicado en un principio, pero te animo a que no tires la toalla y sigas intentando hasta conseguir el objetivo.